- Por el contrario, de aquellos que sí las conocen (45%), tan solo un 40% afirma haberse beneficiado de alguna, frente al 60% que declara no haberlo hecho
- La formación y cualificación profesional (20%), y el acceso a la información y orientación laboral (17%) son las medidas más extendidas entre quienes se benefician de alguna política activa de empleo
- Tan solo el 19% de los beneficiados destaca la utilidad alta de las políticas de empleo actuales
Al cierre de la temporada de verano, el mercado laboral muestra síntomas de desaceleración y aunque sigue sumando trabajadores, lo hace con menos intensidad, lo que unido a la dificultad para reducir la tasa de paro estructural que arrastra nuestro país, está impactando directa o indirectamente en la creación de empleo. A pesar de que en septiembre España terminó con 21.220.899 personas afiliadas (según el dato medio desestacionalizado), es decir, 22.220 más frente a agosto y 471.706 más (+2,3%) con respecto al año anterior, instituciones como Funcas ya han alertado de que “la economía española está sufriendo una ralentización”, ya que en el tercer trimestre de 2024 la tasa de crecimiento de la afiliación ha sido del 0,5% (vs. el 0,7% de los anteriores trimestres), un patrón de más a menos intensidad de crecimiento que ya observaron en los dos años precedentes.
Suena paradójica esta situación, si se tiene en cuenta otro fenómeno actual: ‘la falta de mano de obra’. Este hecho se explica por la brecha que existe entre las demandas de las empresas y la formación de los trabajadores, en algún caso, o por la no adecuación de las condiciones laborales a los mismos. En este contexto, con las dificultades para cubrir ciertos puestos de trabajo y una tasa elevada de paro, las políticas activas de empleo son objeto de debate de expertos de distintas instituciones. El Consejo Económico y Social (CES) advierte sobre los “retrasos en la gobernanza e impulso” de estas políticas y reclama “una mejor evaluación de la calidad de las inversiones”, dado que España sigue a la cola de Europa en cuanto al paro. También los analistas de Funcas destacan la necesidad de adecuar sus contenidos a los diferentes grupos de población activa “y especialmente a los desempleados”, mientras que desde Fedea recuerdan que, en relación a su función de intermediación, “la falta de conocimiento y relación con el tejido productivo” desincentiva a desempleados y empresas.
Así, la actual casuística del mercado laboral ha comenzado a generar un debate sobre la efectividad de las vigentes políticas de empleo. Es más, parece que en numerosos casos no se está consiguiendo llegar al dinamismo necesario para hacer frente a los desafíos que se presentan. Los datos avalan un ritmo inferior en la generación de empleo y al mismo tiempo se da ese desajuste formativo-laboral. Por lo que, ¿es realmente necesario revisar, fortalecer y adaptar las políticas de empleo a la situación actual?
Para dar respuesta a esto, InfoJobs, la plataforma de empleo líder en España, ha llevado a cabo un Informe sobre Políticas activas de empleo. A través de él, la compañía tiene el objetivo de analizar la percepción de la población activa sobre su conocimiento, su efectividad e identificar con ello posibles áreas de mejoras que sirvan de guía para la estabilidad laboral. Se puede extraer que más de la mitad de los desempleados españoles (55%) desconoce el concepto de política activa de empleo.
Más allá del desconocimiento generalizado sobre las políticas activas de empleo, el 45% de los desempleados sí las conoce y, de ellos, tan solo un 40% afirma haberse beneficiado de alguna, frente al 60% que declaran que no. Entre los que sí se han visto beneficiados, la formación y cualificación profesional (con el 20%); y el acceso a la información y orientación laboral (con el 17%) son las medidas más extendidas.
En relación con la edad, existen diferencias vinculadas a los beneficiados por las diferentes políticas activas, siendo los desempleados jóvenes quienes más se benefician. Esto es así para la formación y cualificación profesional (con el 21% de entre quienes tienen 16 y 24 años) y para la información y orientación laboral (con el 17% en este rango de edad). Los desempleados más mayores utilizan más herramientas de orientación laboral, con el 25% para los mayores de 55 años.
Por su lado, el impulso al autoempleo (con el 5%) queda en última posición en cuanto a las políticas de empleo utilizadas, algo que sucede, en este caso, en todos los tramos de edad, donde obtiene entre el 2% y el 6% de las menciones.
En palabras de Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs: “La existencia de políticas de empleo es fundamental para el buen funcionamiento del mercado laboral. Sin embargo, estas tienen que poder adaptarse a las necesidades de los trabajadores y las empresas o, por el contrario, su efectividad e impacto será limitado”. Y añade: “España es uno de los países europeos con mayor tasa de paro. Por ello, la correcta adaptación de las políticas de empleo debe de servir como herramienta para acercar el empleo a los desempleados, con formaciones que se adapten a las demandas actuales, iniciativas empresariales que se ajusten a la coyuntura económica actual, la incorporación de una cultura emprendedora y el desarrollo de iniciativas empresariales enfocadas en la creación de empleo”.
Tan solo el 19% de los beneficiados destaca la alta utilidad de las políticas de empleo actuales
Más allá del desconocimiento de las políticas activas de empleo, su utilidad también está en entredicho, puesto que, de manera general, se percibe – entre beneficiados – una utilidad más bien baja, con tan solo un 19% de los encuestados declarándola alta. La única medida percibida por encima de la media es la formación y la cualificación profesional (con el 23%).
Por otro lado, la percepción de quienes declaran conocer las políticas activas de empleo (independientemente de si se benefician o no) no es muy distinta de quienes se benefician, con tan solo un 22% de quienes las consideran suficientes (vs. 78% que declara que no lo son). Los desocupados perciben que las medidas de mayor utilidad son las relacionadas con la inclusión laboral (la inserción de jóvenes y mayores, con el 31% y el 28%, respectivamente), la justicia laboral (fomento de igualdad de oportunidades, con el 25%), y la capacitación específica adaptada a las necesidades (con el 25% también).
Por edades, los más mayores (55 a 65 años) aseguran una mayor utilidad en políticas que a priori les pueden ser más cercanas como la inserción laboral de los sénior (45% vs. 16% de los que tienen entre 16 a 24 años), la capacitación específica (35% vs. 16% del rango de edad más joven) y la atención a los colectivos más vulnerables (con el 31% vs. 10% de quienes tienen menos de 24 años).
En cuanto al género, las mujeres valoran mejor todas las políticas en su desempeño para incorporar a los desocupados al mundo, con especial relevancia a la inserción de los jóvenes (35% vs. 25% de los hombres), el fomento de la igualdad de oportunidades (31% vs. 18% de los hombres) y la capacitación específica (con 30% vs. 20% de los hombres). Asimismo, la percepción de utilidad de las políticas activas de empleo es especialmente alta entre quienes se han beneficiado de ellas, con fuertes contrastes en el análisis de la inserción laboral de jóvenes (39% vs. 25% de los no beneficiados) y mayores (con el 39% vs. 21% de los no beneficiados).
*Nota metodológica del informe:
Los datos de población activa se han extraído con una encuesta online autoadministrada (CAWI) a través de un panel con un cuestionario estructurado de una duración aproximada de 15 minutos. La muestra ha sido de 4.680 panelistas que componen una distribución proporcional y representativa de la población nacional de 16 a 65 años y guiada por cuotas de sexo, edad y región y ocupación. El margen de error es de +/- 1,4%.