- Tres trimestres después de la aplicación de la reforma laboral, los contratos indefinidos ganan peso en el mercado laboral español
- A pesar del crecimiento de la afiliación, un 36 % de los contratos indefinidos firmados en España es bajo la figura del fijo-discontinuo
El nuevo curso ha comenzado con otro empujón al empleo, a pesar de las amenazantes incertidumbres económicas actuales. Así, septiembre ha cerrado con un aumento de 51.079 personas más trabajando que las que había en agosto, para alcanzar una cifra de afiliación (en términos desestacionalizados) de 20.224.355 personas, según los datos publicados hoy por la Seguridad Social. Con respecto al mismo mes del año anterior, el aumento es de 650.592 personas afiliadas (un 3,3 % más).
A pesar del crecimiento de la afiliación, el paro aumentó en septiembre en 17.679 personas con respecto al mes anterior (un incremento del 0,6 %), según los datos del Ministerio de Trabajo. Al cierre del mes, había 2.941.919 personas inscritas en el desempleo, lo que supone un descenso del 9,7 % con respecto a septiembre de 2021.
Tras tres trimestres con la aplicación plena de la nueva reforma laboral, es conveniente analizar cómo las contrataciones se han comportado durante este periodo. La iniciativa del Gobierno pretendía afianzar el empleo indefinido frente al temporal, estructuralmente alto en España. ¿Se está logrando?
Más contratos indefinidos que nunca
Entre enero y diciembre de 2021 se firmaron 19,4 millones de contratos. De estos, el 11% fueron indefinidos (sumando contratos iniciales y conversiones). Enero de 2022 cerró con un 15% de acuerdos indefinidos sobre el total de contratos firmados. Desde ese momento, el peso de las contrataciones indefinidas siguió escalando hasta marcar el máximo en abril, con casi la mitad de los contratos firmados de carácter fijo (48%). A partir de abril, el porcentaje de contratos firmados fue descendiendo paulatinamente hasta cerrar en agosto con el 39% de todos los contratos.
Septiembre ha supuesto un nuevo cambio de tendencia al respecto, con los contratos indefinidos otra vez rozando la mitad (47 %) de todos los que se han firmado durante este mes. Es un dato que también tiene mucho que ver con las contrataciones en este periodo del año, cuando la educación, de todos los niveles, despliega toda su capacidad de captación de personal para el curso académico.
La primavera y los primeros meses de verano suelen ser los mejores para el empleo debido a la campaña de contratación turística. Esto afecta al total de contratos que se firman y al volumen de puestos fijos que adquieren las empresas. En el caso de 2022, además, se da la casuística de que en abril es cuando terminó el periodo de prórroga del antiguo modelo laboral, por lo que, a partir de ese momento, la contratación temporal se restringía a favor de una mayor incorporación de personal mediante firmas indefinidas.
Así, se observa que, en el segundo trimestre de 2022, el volumen total de contratos ha ido creciendo, pasando de 1,4 millones de firmas en abril a 1,8 millones en junio. Durante ese mismo periodo, el número de contratos indefinidos se incrementó en términos absolutos de casi 700.000 firmas en abril (48% del total de contratos de ese mes) a 784.000 contratos en junio (44 %).
A partir de julio comienza a descender el volumen de contrataciones. El Gobierno ya advirtió a mediados de ese mes que estaba detectando una ralentización del volumen de contrataciones. Pero los datos de septiembre —los 775.856 contratos indefinidos de este mes casi igualan la cifra de junio— suponen un impulso positivo de cara al otoño y una señal de que el empleo estable todavía tiene margen de crecimiento. Aunque, como veremos a continuación, no todo es perfecto en la contratación indefinida.
Peso de los fijos-discontinuos
Una de las grandes incógnitas de la reforma laboral eran los contratos fijos-discontinuos. Esta figura fue la gran apuesta del Gobierno para integrar los trabajos estacionales en un modelo laboral poco explotado hasta ahora por las empresas. Los datos muestran que ha tenido una tendencia creciente hasta junio, momento en el cual ha comenzado a descender.
En este momento, un 36 % de los contratos indefinidos firmados en España es bajo la figura del fijo-discontinuo, lo que parece indicar que gran parte del empleo de temporada se está yendo hacia esta fórmula laboral. Hay otra clave que empaña también este incremento de la contratación indefinida y es el creciente número de casos de empresas que recurren al despedido porque el trabajador no supera el periodo de prueba (6 meses). Esta posibilidad, que siempre ha existido en el ordenamiento laboral, se ha convertido en la puerta de atrás que utilizan algunas compañías para hacer de duración determinada las contrataciones temporales que la reforma laboral prohíbe.
Nota de prensa