El paro registrado en las Oficinas de los Servicios Públicos de Empleo volvió a descender en marzo: lo hizo en 48.559 personas según los datos publicados hoy por el Ministerio de Empleo. La cifra no alcanza la del año pasado: la temporalidad turística (con una Semana Santa más tardía en este 2017) y la desaceleración en la creación de empleo son la causa. 
Esta segunda cuestión resulta esencial para el problema, cada vez más urgente, de las pensiones. La Seguridad Social ingresa de las cotizaciones de los trabajadores actuales y destina ese dinero a diversos gastos, como las prestaciones por desempleo (una partida muy inferior a la de hace unos años porque los parados de larga duración ya no tienen acceso a ella) y las pensiones (entre las que está la mayor partida, la de jubilación). 
Y el dinero no alcanza, como ha reconocido esta semana el Ministro de Hacienda Cristóbal Montoro: la Seguridad Social tiene un déficit de 18.000 millones y ya no se puede seguir recurriendo a la hucha del Fondo de Reserva, que ya sólo guarda 15.000 millones tras el vaciado de los últimos años. El problema está en que el número de afiliados, los que aportan a la Seguridad Social, crece lentamente: son apenas 17,9 millones en marzo, según los datos de Empleo conocidos hoy. 
 
 
Justo antes de que estallara la crisis, España contaba con 19,5 millones de afiliados. Alcanzar de nuevo esa cifra, incluso superarla, es imprescindible para garantizar la sostenibilidad del sistema. Pero el ritmo de creación de empleo es cada vez más lento y ese horizonte está aún lejano. Hay quien teme que el mercado laboral se estanque en un paro estructural de entre el 15% y el 18%, como advertía también esta semana la Fundación de las Cajas de Ahorro (FUNCAS). 
Así pues, la Seguridad Social se puede encontrar en problemas por un cúmulo de factores: 
  • El ritmo de creación de empleo es demasiado lento.
  • Según Funcas, existe un suelo a partir del cual no habrá más bajadas del paro.
  • La población activa (la que trabaja o desea hacerlo) tiende a reducirse, por factores demográficos (la jubilación de las generaciones del baby boom) y socioeconómicos (jóvenes españoles que han emigrado).
  • La contención salarial de los últimos años también repercute en lo recaudado por la Seguridad Social. 

 

Por todo ello, conviene afrontar cuanto antes la situación y ofrecer soluciones a largo plazo: el Fondo de Reserva ha permitido hasta el momento ir salvando obstáculos, pero sin esa baza el debate es improrrogable.